miércoles, 7 de julio de 2010

COLEGIO DE BACHILLLERES DEL ESTADO DE MEXICO

TALLER DE LECTURA Y REDACCION

GRUPO: 205

INTEGRANTES
MARIA GUADALUPE MENDOZA JIMENEZ
ROCIO GUADALUPE DIAZ LIMA
EDGAR BENJAMIN CASTAÑEDA CUEVAS
GIOVANI BAUTISTA SOLIS
ANA JESSICA AMBROCIO LOPEZ
BRENDA GALINDO RIOS
ARELI CABRERA PEREZ
GUADALUPE ORTIZ PINEDA


SÍNTESIS
VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA.
Axel describe a su tío Otto Lindenbrock, profesor de mineralogía, como un hombre temido por su fuerte carácter pero muy original. El profesor llama a su sobrino Axel a su despacho. Allí le enseña un manuscrito de gran valor. Dentro hallan un pergamino de origen rúnico. El profesor intenta descifrarlo y dice que nadie volverá a comer hasta descifrarlo. Axel es quien logra descubrir la clave del pergamino. Arne Saknussemm, un alquimista, dice como llegar al centro de la tierra. El profesor eufórico decide ir al lugar indicado en el pergamino junto con su sobrino Axel. Este se niega pues piensa que es una empresa irrealizable ya que la temperatura aumenta 1º por cada 60 leguas de profundidad bajo la superficie de la tierra. Pero el profesor decide que deben de ir.
Axel está aturdido pensando en viajar con su tío al centro de la Tierra. Tiene miedo y no quiere ir pero no tiene otra alternativa y salen hacía el punto indicado en el pergamino, Islandia. Viajan en carruaje, tren y en buque y así llegan a Reilkawick, ciudad cercana al Sneffels, volcán por el que tendrán que introducirse para alcanzar el corazón terrestre.
Contratan a Hans, un guía que le acompañara a lo largo de su viaje. Equipados con víveres, herramientas, armas, instrumentos y un botiquín emprendieron viaje hacía el volcán. Axel y su tío viajaban montados a caballo, el guía los precedía a pie. La mayor preocupación de Axel era saber que ocurriría si el volcan se despertaba mientras ellos estuvieran dentro de él. Emprendieron el asalto del Sneffels por caminos difíciles. La marcha era penosa pero al fin alcanzaron la cumbre del sacknuseum.
Comenzaron el descenso dentro del cono del volcán. En el fondo del cráter se abrían tres chimeneas. Siguiendo las instrucciones dejadas por el alquimista en el pergamino, supieron cual de las tres chimeneas era por la sombra del pico Scartaris durante las calendas de junio que acariciaba a la que conducía al centro de la Tierra. Por medio de una cuerda se iban deslizando bajando así 2800 pies en once horas. Allí improvisaron una cama para dormir y recuperar fuerzas.
A la mañana siguiente siguieron hundiéndose en las entrañas del Globo dejándose caer por pendientes inclinadas, formadas por lava seca que tapizaba el interior del cráter. Después de descender durante siete horas seguidas, decidieron tomarse un descanso hasta las seis de la mañana siguiente. Descendieron seis horas más y llegaron al fondo de la chimenea donde se encontraron con dos caminos. El profesor Lidenbrock decidío tomar el del Este y ese resultó ser el erróneo pues al tercer día se quedaron sin agua y tuvieron que retroceder para ir hacía el Oeste.
Esperaban encontrar algún manantial y así coger agua para sobrevivir pero no se oía ni un murmullo de agua. Hans, el guía que los acompañaba dio de un torrente bajo las rocas. Perforaron la piedra con las herramientas que llevaban y consiguieron agua pero a 100º de temperatura, la dejaron enfriar y de ese modo saciaron su sed y llenaron sus calabazas.
A la mañana siguiente siguieron su camino, descendiendo y acercándose cada vez más al centro de la tierra. Axel se despisto de su tío y de Hans y se perdió en un laberinto a 30 leguas de la corteza terrestre. Desesperado se echó a correr sin rumbo golpeándose contra las rocas. Gracias a una caída providencial llegó exánime y ensangrentado a los brazos de su tío. Cuando volvió en sí, vio que se encontraban junto a un mar, estaban en una caverna capaz de contener la cantidad de agua de un océano. Cerca de allí había un bosque de hongos y hallaron esqueletos de animales.
Construyeron una balsa y de ese modo embarcaron e iniciaron una travesía con el fin de alcanzar nuevas salidas en las orillas opuestas. El viaje por mar se hace más largo de lo que pensaban. Durante la travesía se encontraron con monstruos marinos enormes pero por suerte los animales estaban luchando entre ellos y no se percataron de la presencia de la balsa.
Axel y sus dos acompañantes continuaron su viaje con su monótona uniformidad. Pasaron al lado de un islote en el que había un geiser de agua hirviendo a una temperatura de 163º.
Siguieron su camino y les amenazo la tempestad, el viento soplaba a una velocidad incalculable, los relámpagos no cesaban, el calor aumentaba. De repente vieron un disco de fuego pasearse por el espacio a la velocidad de un huracán y les arrancó la vela con el mástil y los tres amigos fueron arrastrados con gran rapidez hasta que la almadía chocó con los arrecifes de la costa.
Axel y su tío se libraron de la muerte gracias al guía, Hans, que los arrancó del abismo tumbándolos en la arena de la playa.
Consiguieron rescatar la pólvora, la brújula, el manómetro y alimentos para cuatro meses.
Con la ayuda de la brújula comprobaron su situación y vieron que durante la tempestad habían retrocedido en lugar de avanzar.
Furioso, el profesor Lidenbrock. Y desafiando todos los peligros dijo que volverían a la balsa para seguir el viaje. Antes quiso inspeccionar el lugar donde habían llegado a la deriva.
Encontraron un esqueleto humano de la época cuaternaria y luego un cementerio de cuerpos fosilizados.
Siguieron explorando el terreno y se alejaron de las orillas del mar llegando a un bosque de vegetación de la época terciaria con palmeras, pinos, cipreses y helechos. Debajo de esos árboles vieron agitarse unos animales gigantes y un ser humano con una cabeza del tamaño de un búfalo guardando aquel innumerable rebaño. Les pareció imposible y pensaron que podía ser una visión pero huyeron a gran velocidad hacía el mar donde habían dejado la balsa. En su huida encontraron un puñal que había pertenecido a Arne Saknussemm, el alquimista que 300 años atrás había hecho ese mismo viaje al centro de la Tierra.
Según el tío de Axel, para llegar al centro del Globo, aún tenían que bajar 1,500 leguas. Para seguir el viaje debían de tomar una galería pero una roca enorme obstruía la entrada y no les permitía penetrar por ningún sitio. Optaron por romper la roca con la pólvora que tenían. Prepararon todo, encendieron la mecha y se refugiaron en la almadía que estaba en la playa.
Se oyó un estruendo, la explosión había provocado una especie de terremoto y el mar arrastraba la balsa en su caída. Los tres exploradores se consideraban perdidos. Se dieron cuenta que subían sin cesar, estaban en un pozo estrecho y el agua recobrando su nivel los subía hacía arriba a una velocidad violenta y les cortaba la respiración, el calor se hacía insoportable.
Las paredes se movían, los vapores se condensaban... eran los síntomas de una erupción. Estaban dentro de la chimenea de un volcán en actividad, estaban envueltos en una erupción. De repente, un movimiento giratorio se apoderó de la balsa, se balanceó sobre las olas de lava en medio de una lluvia de cenizas y salieron disparados por el abrasador orificio del cráter.
Cuando Axel abrió los ojos, comprobó que se hallaban al aire libre, en la superficie de la tierra.
Estaban en Stromboli, en pleno Mediterráneo. Habían entrado por un volcán y salido por otro, el Etna, situado a más de 1,200 leguas el uno del otro.
Axel y su tío regresaron a casa. La noticia de su viaje al centro de la Tierra se había propagado por todas partes pero nadie creyó semejante aventura. No obstante, la presencia de Hans y varios informes llegados de Islandia cambiaron la opinión pública.
El profesor Lindenbrock y Axel pasaron a ser hombres famosos y Hans, regresó a su tierra natal de Islandia.

martes, 4 de mayo de 2010

caricaturas politicas






ASIGNATURA: TALLER DE LECTURA Y REDACCION

PROFESORA: Margarita Atristain Perez

GRUPO: 205

TURNO: MATUTINO

EQUIPO:2

INTEGRANTES:

Ambrosio López Ana Jessica
Bautista Solís Giovani
Cabrera Pérez Areli
Castañeda Cuevas Edgar Benjamín

Díaz Lima Rocío Guadalupe
Galindo Ríos Brenda
Mendoza Jiménez María Guadalupe
Ortiz Pineda Guadalupe